Comienza la época de catarros, gripes, dolores de garganta… para evitar ponernos enfermos durante los meses de otoño e invierno es muy importante reforzar nuestro sistema inmune y el de los más pequeños. Una buena nutrición es sinónimo de menos infecciones, menos catarros y un sistema inmune más fuerte. Por ejemplo, los niños obesos tienen más probabilidad de contraer algún tipo de infección debido a las alteraciones que sufren en la flora intestinal.
¿Qué nos ayuda a tener un sistema inmune fuerte?
- Carbohidratos: El pan, el arroz, las legumbres, las patatas o la pasta proporcionan energía a las células inmunes.
- Grasas: El pescado azul y los frutos secos que contienen omega 3 son importantes para nuestro sistema ya que el omega 3 tiene un gran poder antinflamatorio.
- Proteínas: la falta de proteínas disminuye la formación de inmunoglobulinas y producción de linfocitos, fundamentales para un sistema sano.
- Vitaminas E, A, C y D: Las vitaminas antioxidantes son las encargadas de que las células responsables de la inmunidad del niño no se oxiden.
¿Dónde podemos encontrarlas? Las vitaminas E y A en legumbres, aguacate, pescado, brócoli, zanahoria o calabaza. La C en naranjas, limones, mandarinas, fresas, kiwis, papayas, perejil o pimientos. La D en el pescado azul, los lácteos y la luz solar.
- Minerales: el zinc es uno de los minerales más importantes y su carencia provoca infecciones, enfermedades auto inmunes y problemas en la cicatrización de las heridas. El germen de trigo, las pipas de girasol, frutas secas, las legumbres, las gambas, los huevos y los quesos maduros cuentan con este mineral. Además del zinc, son esenciales el hierro, el selenio, el cobre y el magnesio.
- Polen: concentra aminoácidos esenciales, minerales y vitaminas. Puedes dársela a los niños a partir de los 2 años de edad.
- Miel: ayuda a descongestionar los bronquios y los pulmones, suaviza la garganta, es antiinflamatoria, desinfectante y bactericida. Los niños pueden tomarla a partir de un año.
Recuerda que tus hijos no deben abusar de la bollería, ni de zumos preparados, así como de la carne roja, o de los embutidos e incluso de la sal. Es muy positivo que los niños coman cada día alguna hortaliza y fruta cruda para que tengan un buen nivel de antioxidantes en el organismo.
Existen muchos productos naturales que ayudan a mantener el sistema inmune reforzado como, por ejemplo, el propóleo. El propóleo es una sustancia fabricada por las abejas a partir de las yemas y resinas de los árboles, que a la vez mezclan en su boca con cera y secreciones salivares. Es de gran ayuda para reforzar nuestras defensas tanto para ti como de los más pequeños de la casa. Que nada te pare.
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